Existen muchas y muy variadas opciones a la hora de editar nuestras fotografías. A continuación hablaremos de las tres más destacadas, que convienen más o menos según el resultado que deseemos. De cualquier forma, esto no excluye ni desvaloriza el uso de cualquier otro programa.

Es, sin duda, el programa referente a la hora de editar fotografías, para algunos incluso la herramienta más potente que existe. Su interfaz es muy intuitiva, aunque puede costar un poco al principio si no has utilizado ninguna otra herramienta de Adobe, pero termina siendo más sencillo de lo que parece. Además, existe hay muchísima información disponible en Internet para aprender a utilizarlo. Este programa cuenta con una gran escalabilidad, es decir, puede utilizarlo un principiante y a la vez un fotógrafo profesional. 

Photoshop ofrece multitud de herramientas que permiten dar rienda suelta a la creatividad y a la imaginación, como la máscaras de capas, recortes muy precisos, ajustes locales... Que proporcionan una exactitud muy difícil de encontrar en cualquier otro programa. Sin embargo, es cierto que para aprovecharlo de la manera más eficiente posible hace falta un gran conocimiento de sus funciones. Además, es más recomendable a la hora de realizar montajes, diseños o de borrar partes de las imágenes que a la de editar fotografía.

También pertenece a Adobe, y es la herramienta más extendida junto a Photoshop dentro de la comunidad de los fotógrafos. Entre sus numerosas ventajas está su interfaz mucho más intuitiva y, sobre todo, sus múltiples formas de organizar las imágenes en la biblioteca. De esta manera, permite clasificar las fotos en base a la valoración que les demos, a su fecha, a carpetas... Es una manera muy útil de gestionarlas. 

Para muchos, se trata del mejor software para llevar a cabo el flujo de trabajo de un fotógrafo. Las numerosísimas herramientas que ofrece Lightroom están orientadas al revelado y edición de la imagen, de manera que nos permite modificar parámetros referentes a la luz, color... Más que realizar fotomontajes o borrar contenido como ocurre con Photoshop.

A diferencia de los anteriores, GIMP  es un programa de uso gratuito. Sus características son muy similares a Photoshop: permite editar capas, hacer recortes muy precisos... Se trata de una especie de "recopilatorip" que reúne las herramientas más utilizadas de cada programa. Es muy útil a la hora de preparar imágenes de manera rápida y sencilla.

Cada vez consigue adaptarse a características más sofisticadas y reunir un mayor número de usuarios que no están dispuestos a realizar el desembolso que supone utilizar programas de Adobe. Una de sus últimas novedades ha sido la de leer imágenes en formato PSD, propio de Photoshop.