Antes de elegir un objetivo para nuestra cámara, debemos comprender dos conceptos fundamentales:
Cuando mayor es la distancia focal, menor la profundidad de campo.
Su distancia focal es inferior a 28mm, y proporcionan un ángulo de visión comprendido desde los 84º hasta los 180º aproximadamente, mucho mayor que el del ojo humano. El campo de visión que ofrecen es tan amplio que puede llegar a provocar distorsiones en la imagen, que se acentúan cuanto más nos acercamos al elemento fotografiado. Este tipo de objetivos resulta especialmente apropiado para capturar espacios muy amplios como paisajes o motivos arquitectónicos, así como para la fotografía de interiores.
Se trata de un tipo especial de súper gran angular cuya distancia focal normalmente oscila entre los 6 y los 16mm. Lo que caracteriza a estos objetivos es que sus distorsiones producen imágenes curvas.
El ojo de pez tiene usos muy similares a los del súper gran angular, siempre y cuando el fotógrafo cuente con el acabado circular que aportará a las imágenes.
Los grandes angulares son aquellos objetivos con distancias focales de entre 24 y 35mm y ángulos de visión que rondan entre los 63 y los 84º aproximadamente. Estos objetivos no presentan demasiadas diferencias respecto a los súper grandes angulares, por eso muchas veces no se hace distinción entre ellos. Respecto a un súper gran angular, algunos parámetros como el campo de visión, la profundidad de campo o la distorsión son menores.
El ángulo visual de este tipo de objetivos es muy similar al del ojo humano, es decir, entre 46 y 63º, y su distancia focal ronda entre los 35 y los 50mm. Suponen un paso intermedio entre los grandes angulares y los teleobjetivos, y no presentan ninguna clase de distorsión sobre la imagen.
Dentro de los objetivos "normales" destaca la focal fija de 50mm, que ofrece una visión idéntica a la del ojo humano.
Su precio es bastante módico, ya que son objetivos que suelen costar menos de 200€. Su calidad de imagen y su luminosidad son muy elevadas gracias a su condición de focal fija. Se recomienda su uso en retratos.
Se habla de teleobjetivos a partir de los 50 o 70mm, es decir, sus ángulos de visión están por debajo de los 30º. Se caracterizan porque consiguen que el fotógrafo pueda capturar imágenes estando muy lejos, por lo tanto, son idóneos para algunos retratos y, sobre todo, para fotografía deportiva y natural o salvaje.
Dentro de los teleobjetivos se pueden distinguir a su vez tres pequeñas categorías:
Este tipo de fotografía consigue plasmar los objetos en un tamaño igual o mayor al que presentan en la realidad.
Los objetivos utilizados en la fotografía macro se caracterizan por contar con focales muy largas, en torno a los 100mm. Además presentan una gran calidad y una distancia de enfoque muy reducida.
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