Todo el mundo ha dicho alguna vez que una imagen vale más que mil palabras. Momentos que dejan sin aliento y que provocan sensaciones que no se pueden explicar. Hay muchas personas interesadas en la fotografía, algunas de ellas como profesión y otras como modo de pasar el tiempo, pero, sea por el motivo que sea, se necesita una gran vocación. Se requiere una gran capacidad de resistencia y paciencia, aunque, lo más importante, es envolverse en la magia de la profesión y lograr capturar la imagen esperada.

Se conocen gran cantidad de fotógrafos, algunos de ellos especializados en un tema concreto: desde la belleza encontrada en la naturaleza hasta ser una herramienta que da voz a algún asunto social. Todo puede llegar a ser capturado en una imagen, pasando de generación en generación, aunque se necesita mucho tiempo para obtener el momento idóneo.

Profesionales autónomos nacionales e internacionales o que trabajan en agencias de fotografía han dejado grandes trabajos que han pasado a la historia. Para llegar a este nivel es importante recoger una serie de características: hay que tener ganas y estar motivados, ser consciente que va a ser una tarea que requiere mucho tiempo; tener un repertorio fotográfico para tener referencias de algún profesional; poder de autocrítica  y conocimiento de la cámara para captar el momento exacto sin problemas.

La inspiración llega en el momento que menos se espera, pero a veces hay que ir a buscarla. Cualquier rincón puede servir para hacer una buena fotografía aunque hay paisajes que, si se captan bien, pueden crear una verdadera obra de arte. Tres de los lugares más típicos donde la gente acude para hacer fotografías son: